Miles de sirios desafiaron con multitudinarias protestas la represión del régimen de Bashar al Asad, que trató de acallar de nuevo toda voz opositora con una ofensiva militar pueblo por pueblo que causó al menos 20 muertos.
El portavoz de los Comités de Coordinación Local, Omar Edelbe, dijo que "la represión más fuerte" tuvo lugar en la localidad de Duma, en la provincia oriental de Rif Damasco, donde murieron cinco personas, y en Alepo, donde perdieron la vida dos por disparos de las fuerzas de seguridad.
En esta jornada, bautizada con el lema "Sólo vamos a arrodillarnos ante Dios", el habitual goteo de víctimas comenzó, cuando empezaron las manifestaciones, que se intensificaron tras el rezo musulmán.
Pese al estricto cerco del Ejército y las fuerzas de seguridad sobre las ciudades, especialmente en los alrededores de las mezquitas, miles de personas salieron a las calles para pedir la caída del régimen de Al Asad.
"Los agentes de seguridad se anticiparon las marchas con campañas de detenciones de activistas y disparos al aire", dijo Ebelde desde Beirut, donde está refugiado.
Según avanzaba la jornada, los miembros de las fuerzas de seguridad dispararon contra "todos los participantes en las manifestaciones", agregó.
En Duma, una de las localidades más afectadas por la represión, cinco personas, entre ellas una mujer y un joven de 16 años, murieron por impactos de bala.
El otro punto de mayor conflicto fue el barrio de Sajur en Alepo, donde perdieron la vida dos manifestantes, después de ser sitiado por las fuerzas del orden para efectuar vastas campañas de detenciones.
Además, se registraron dos muertos en Idleb (noreste) y uno en Saqba (este), Deir el Zur (noreste), Homs (centro) y Hama (centro), respectivamente. EFE y Aurora
El portavoz de los Comités de Coordinación Local, Omar Edelbe, dijo que "la represión más fuerte" tuvo lugar en la localidad de Duma, en la provincia oriental de Rif Damasco, donde murieron cinco personas, y en Alepo, donde perdieron la vida dos por disparos de las fuerzas de seguridad.
En esta jornada, bautizada con el lema "Sólo vamos a arrodillarnos ante Dios", el habitual goteo de víctimas comenzó, cuando empezaron las manifestaciones, que se intensificaron tras el rezo musulmán.
Pese al estricto cerco del Ejército y las fuerzas de seguridad sobre las ciudades, especialmente en los alrededores de las mezquitas, miles de personas salieron a las calles para pedir la caída del régimen de Al Asad.
"Los agentes de seguridad se anticiparon las marchas con campañas de detenciones de activistas y disparos al aire", dijo Ebelde desde Beirut, donde está refugiado.
Según avanzaba la jornada, los miembros de las fuerzas de seguridad dispararon contra "todos los participantes en las manifestaciones", agregó.
En Duma, una de las localidades más afectadas por la represión, cinco personas, entre ellas una mujer y un joven de 16 años, murieron por impactos de bala.
El otro punto de mayor conflicto fue el barrio de Sajur en Alepo, donde perdieron la vida dos manifestantes, después de ser sitiado por las fuerzas del orden para efectuar vastas campañas de detenciones.
Además, se registraron dos muertos en Idleb (noreste) y uno en Saqba (este), Deir el Zur (noreste), Homs (centro) y Hama (centro), respectivamente. EFE y Aurora
